- Rocio Marin
SOS ADOLESCENTES
Durante la adolescencia se produce todo el proceso de crear la IDENTIDAD ADULTA.
A veces, tenemos que mirarnos como padres para saber si también nosotros estamos preparados para este “duelo” del hijo que deja de ser niño para ser adulto.
Hay tres duelos o pérdidas a las que tiene que enfrentarse el adolescente y que a veces los adultos nos cuesta tener presentes y entenderlas:
👉🏻 El duelo por el cuerpo infantil perdido, base biológica de la adolescencia, se impone. Mi cuerpo está cambiando y dejo de ser un niño para ser un adulto y esto implica cambios que cambian la imagen que tengo sobre mí: Me crece la nariz, tengo pelo en la cara, mi cuerpo se redondea.
👉🏻 El duelo por el rol e identidad infantiles, dejo de ser dependiente y tengo que aceptar nuevas responsabilidades: Mis padres ya no me ayudan con los deberes y soy yo el que quiero sacar buenas notas.
👉🏻 El duelo por los padres de la infancia, a los que persistentemente trata de retener en busca de refugio y protección: Dejo de ser Pablito para ser Pablo.
El resultado de la resolución de estos duelos será en gran medida la reestructuración de la
identidad. El adolescente deberá perder aspectos que ha obtenido en años anteriores, y a su vez construir nuevos.
QUÉ HACER COMO PADRES:
Estar disponibles para cuando lo necesiten y accesibles. No siendo invasivos y dejándoles el espacio para que sean ellos los que se aproximen cuando lo necesiten.
El afecto es muy importante en esta etapa, aunque no te lo dejen ver lo necesitan y mucho. Esta necesidad de ser autónomo lleva a los adolescentes a quererse diferenciar/separar de sus padres y en muchos momentos esto puede generar conflictos. A veces el quererse diferenciar viene también por la provocación (pelo de colores, piercing, tatoos…)
Los límites son importantes en esta edad. El exceso de libertad puede vivirse como abandono. Los límites deben venir dados por una estructura en torno a su vida, rutinas y horarios.
